Los protagonistas de Lost tenían muy buenas razones para temer y odiar a Los Otros. Ellos los atacaron, sabotearon, secuestraron, mataron. No eran las únicas personas en la isla y todos lo sabían. Así dijo John Locke un día, y así se repitió en muchos Previously on Lost. Sin embargo en el capítulo One of Us, Jack, sin preguntarle a nadie, trajo a uno de ellos a vivir al campamento: Juliet.
Hurley va y se sienta con ella. Y uno piensa, “oh, que buen tipo es ese Hurley”. Jurando que va a decirle algo amable, hacerla sentir integrada, o algo así. Pero no, la desconfianza es grande. Al poco rato de hablar, y contrario a todo lo que uno se espera, el buen Hurley ¡empieza a amenazarla! Le cuenta que pasó la última vez que un Otro vino al campamento, como Charlie terminó con la vida de Ethan a balazos. Y como ambos lo enterraron cerca del campamento.
Es bastante significativo que el que haga la amenaza sea Hurley. Es el más amable del grupo por lejos. Y la escena puede ser absolutamente descaracterizadora, pero por algún motivo mágico funciona. Y es hermosamente oscura.