martes, 8 de noviembre de 2011

…Sun y Jin se reconcilian?

Lost funcionaba en varios niveles. Uno podía exprimirse la mente pensando en los misterios de la isla, la naturaleza de los viajes en el tiempo, la eterna lucha entre la voluntad y el destino.  O bien podía quedarse intrigado por saber con quién terminaría la resbalosa de Kate. O qué pasaría entre Claire y Charlie, si Desmond se encontraría con Penny, si Sayid y Shannon tenía algún sentido, o si veríamos nuevamente a Tom y Arturo. En fin, parejas para todo los gustos. ¿Mi favorita? Los coreanos sin duda.

 

El resto y el video después del salto...

Lo grandioso de Jin y Sun  es que son todo lo contrario a lo que parecen. La serie empieza presentándonos a Jin como un hombre brusco y machista, y a Sun como una pobre víctima. Es cosa de recordar a  aquel  Jin que obliga a Sun abrocharse la blusa. Uno no sabía si atribuir el carácter de Jin a que era coreano (o mejor dicho  una caracterización de la sociedad coreana), o a que él en particular era un poco imbécil. El hecho que no hablara inglés y no pudiera dialogar con los otros personajes hacia el proceso de conocer al personaje más lento. Pero  a medida que la seria avanzaba descubríamos que Jin era en realidad un pan de Dios, y que si andaba violento y resentido, era por haber terminado en un trabajo tan peligroso y de mierda como ser el matón  de su suegro, sumado a la frustración de no poder comunicarse con sus compañeros de accidente. Por otro lado, se va revelando que la indefensa Sun no es tan indefensa como parece: que es capaz de engañar, manipular y mentir bastante bien. Y que es muy responsable de que Jin terminará haciendo el trabajo sucio de Mr. Paik. Simplificando un poco las cosas: ¡Sun es la mala, no Jin!

La escena que quiero compartir de ellos es de Exodus (Parte 1): Luego de varios días de ley del hielo, Sun le trae unas hojas con palabras en inglés para ayudarlo, y Jin vuelve hablarle. ¡Por fin! Y como uno no conocía a Jin tan bien en ese punto, no tiene idea de que le diría: Le explica que si ha trabajado incansablemente en la balsa y se piensa embarcar en ella, es para sacarla de ahí. Cree que su estadía en la isla es un castigo, por haberla hecho sufrir, y que lo que corresponde ahora es llevarla a casa. Le pide perdón, y ella también lo hace... Y es realmente hermoso, se siente todo el arrepentimiento de ambos, la voluntad de perdonar, la profunda preocupación y cariño por el otro.


Es lo bonito de Sun y Jin: tienen problemas, muchos, pero también un gran deseo de solucionarlos. A lo largo de las primeras temporadas vemos como trabajan por lograrlo. Son lo que la frase “Vivieron felices para siempre” omite, lo complicado que es estar en pareja a veces, el trabajo que implica. Es verdad que hay facetas muy oscuras en la personalidad tanto de Jin como de Sun, pero también hay algo que es innegable: se aman. Eso es lo que me gusta de ellos.